jueves, 14 de febrero de 2013

LA SESIÓN (parte 3)

Besó mis labios, fue distinto, lleno de ternura, recorría con sus dedos mis brazos, continúo dibujando el contorno de mi rostro, bajo muy suavemente por mi cuello.

Sensacíones nuevas, encontradas iban despertando luego de un sueño profundo en el que estubieron inmersas.

Bajo por completo el cierre del vestido, qué cayó al suelo como las amarillas hojas en otoño.

Sentí tanta verguenza tapé mis pechos y bajé aún más mi cabeza, como queriendo ocultarme.

Los pasos de él, se sentían firmes a mi alrededor, podía sentir su mirada observandome con detenimiento.

Se detuvo detrás mío, tomó mis manos y las llevó por detrás de mi espalda, quería hacerle mil preguntas, pero el momento era mágico, el silencio llenaba de misterio el lugar.

Ató mis manos con firmeza, rodeo mi cuerpo con sus brazos, pude sentir su virilidad queriendo explotar, parecía irreal, recordaba las bellas damas de la películas atravesando situaciones similares a la que estaba viviendo en este momento, pero ahora era yo, la que estaba desnuda, expuesta , humillada frente a un hombre que iba dandole lugar a su ser mas salvaje.

Posó sus boca en mis labios, su aliento a tabaco se hacía mas fuerte, con un movimiento sútil de su lengua, entre abrío mis labios.

Mi cuerpo se estremecía, quería controlarlo, pero era inútil, ya no tenía mas el poder para hacerlo.

Mordisqueo mi pezón, me moví, quise dar un pasó atrás para alejarme, pero me lo impidío su mano al tomarme del cuello.

Inspeccionó mi sexo sin dejar de sostener mi cuello, un gemido se escapó de mí, mis lágrimas rodaban por mis mejillas.

Continúo explorando mis partes mas sensibles, mi cuerpo se arqueó ante él, estaba asustada, qué era esto qué sentía, por mi cuerpo corría un fuego indescriptible, una sensacíon única.

Me retiró de su lado, besó mi frente, acarció mi mejilla sonrojada, me ayudó a que me pusiera de rodillas y ató mis tobillos.

Sus movimientos cesaron, sus pasos se detuvieron, solo se oía mi respiracíon agitada.

Me quedé así en silencio, tratando de comprender lo que acababa de suceder, el poqué sentía la necesidad de algo más, qué era ese algo más ?

Un cigarrillo fue prendido, ahí supe, qué mi profesor estaba mirando con atencíon y reserva lo que a partir de ese momento sería solamente suyo.

jueves, 7 de febrero de 2013

LA SESÍON (parte 2)

Subimos a su auto, me dijó que me quitará mi ropa interior, me dio mucha verguenza , ignore sus palabras.
Un estruendo retumbo en mis oídos cuando una cachetada fue estampada en mi rostro.

-No me gusta repetir las cosas dijo de manera tajante, sin mirarme.

Estaba a punto de romper en llanto, no comprendía que pasaba, él quizás tampoco entendía que yo sólo era una chiquilla queriendo explorar este mundo nuevo, que me quitaba el sueño.

Quise preguntarle el porqué, pero su mano acariciando mi mejilla encendida me lo impidió.

Él puso en marcha el auto, sin mediar palabra, obedecí a su pedido.

Recorrimos un corto camino, sacó de su bolsillo una venda de color negro, sin mirarme, susurró

_Ponete esto por favor.

Aún sorprendida por el episodio anterior, tome la venda enseguida, tape mis ojos e hice un nudo ajustado para que no se moviese de lugar.

Trate de agudizar mis sentidos, el estruendoso motor del viejo auto en el que ibamos mucho no me dejaba oír, una brisa leve entraba por algún lugar del coche.

No se cuánto tiempo anduvimos, no se por qué lugares pasamos, que calles transitamos, solo se que una sensacion extraña, nueva, nunca antes sentida invadía todo mi cuerpo.

Llegamos al sitio elegido por él, me sobresalto el ruido de una destartalada puerta al cerrarse, al instante mi puerta se abría, sin mediar palabra alguna, saco mi ropa íntima de entre mis manos, me tomó de mis hombros y con un impercepitible movimiento me indicó que saliera del auto.

Mi cuerpo tambaleó al bajar, sus brazos me sostuvieron para que no cayera, cuando conseguí el equilibrio nuevamente me soltó.

Sentí su cuerpo robusto pararse detrás mío, él iba guiándome, mis pasos eran inseguros, lentos, su respiracíon chocaba contra mi cabeza.

Fue una senda corta la que anduvimos, no sé presisarlo con exactitud.

Una puerta pesada de madera, se abrío delante mío retomamos el caminar, y un aroma a madera reseca inundaba el lugar.

Nos detuvimos nuevamente, el cuerpo de mi profesor se alejo de mí el sonido de un manojo de llaves y una cerradura trabándose, me advirtieron que nada de esto era soñado, que estaba pasando y era real.

El aroma de su cigarro, se mezclaba con ese extraño olor a madera.

Sentí su mano bajando por mi espalda, bajando el cierre de mi vestido, en un acto reflejo me dí vuelta bruscamente.

-Qué hace ? mi vos se escuchó casi como un grito de furia.

No recibí respuestas de su boca, solo el golpe de su mano explotando en mi cara, la cachetada que volví a recibir, me hizo re pensar si realmente esto era lo que tanto anhelaba.

-Las órdenes las doy yo.

Fue tajante en su comentario.....

martes, 5 de febrero de 2013

LA SESIÓN.. (parte 1)


El amanecer del día señalado me encontró despierta en mi cama, con mis pies atados como cada noche, y con mi mente volando quien sabe por dónde.
Una secuencia de momentos vividos en estas últimas semanas, pasaban por mi cabeza, como en una película de poco éxito.
Trataba de recordar cada escrito, cada imagen, el rostro de mi profesor, daba vueltas en mí, quería imaginar que sucedería esa tarde, pero realmente me era imposible.
Desate mis pies, y guarde el cinto del vestido preferido de mi hermana, me levante, pero era como si yo mirara desde arriba lo que pasaba en mi casa, es que no estaba en mí.
Las horas pasaban muy lentas en mi reloj, la hora señalada estaba tan lejos todavía.
Encima tenía que decidir si ponerme ropa interior o no, no era correcto no usarla, pero por otro lado era un pedido de él, y la duda me perseguía constantemente.
Tuve miedo, varias veces pensé en no ir, varias veces dudé, varias preguntas me hice y a todas las respondí de manera que me convenía a mí.
Que me vistiera bonita me dijo, elegí para ese día un vestido suelto de color blanco con alguno que otro detalle en negro, con un lazo negro a la altura de la cintura, zapatos de taco y mi cabello suelto.
Partí rumbo al bar, el mismo bar que nos hubo cobijado unas semanas atrás.
Él me estaba esperando en la misma mesa, me acerqué, me miró fijo y me invitó a sentarme, sin sacarme sus ojos de encima.
- Está muy linda.
- Gracias, no sabía bien que ponerme, le conteste sin mirarlo a los ojos
- Nerviosa? pregunto mientras encendía su cigarrillo.
- Y la verdad es que si…
Me regalo una sonrisa, que en cierto modo me tranquilizo un poco, ya que yo no era dueña de mis actos, estaba muy nerviosa, un nudo en el estómago, y el temblequeo continuo de mis piernas.
- Supongo que no lleva ropa interior, como se lo indiqué
- En realidad, no me animé a venir así, así que sí, me puse.
 Me miró fijamente, frunció el ceño, mientras apagaba su cigarrillo preguntó
- Usted es muy jovencita, ya ha tenido relaciones antes?
Me puse colorada, como me iba hacer una pregunta tan indiscreta? pensé, baje mi cabeza, tratando de ocultar toda la vergüenza que se reflejaba en mi cara.
- Por el rojo en sus mejillas, diría que sí.
lo negué con mi cabeza,  no era el momento para explicarle que tambén iba a ser mi preimer hombre, sacó su billetera, pagó el café que estaba tomando.
- Nos vamos.
Me levante sin preguntar nada, es que simplemente no me animaba, salimos del bar, me tomó de la cintura y me guío por donde debíamos ir.
Caminamos un par de cuadras, nos acercamos a un auto, viejo, de color rojo desteñido, abrió la puerta y me invitó a subir.
Cuando él entró en el auto, me dijo sin soltar en volante y con la mirada pérdida en el horizonte.
- “Yo soy amo, hace mucho tiempo, usted es sumisa, inexperta pero su actitud de querer aprenderlo todo es lo que me hace desearla.Como su amo, me comprometo a cuidarla, entrenarla, y estar siempre.Como mi sumisa debe comprometerse a confiar en mí, a no dudar de mí, y a estar para mí cada vez que yo lo desee.
Ahora, está dispuesta aquí y ahora a asumir ese compromiso?
 - Yo confío en usted, y esto que siento, quiero liberarlo, aquí y ahora le digo que quiero continuar.
En ese momento no entendí mucho lo que me estaba queriendo decir, era sumisa, me lo había dicho, lo sentía muy dentro mío aún sin saber que significaba, pero quería descubrirlo.

lunes, 4 de febrero de 2013

MI PRIMER AMO ( parte 4)



Los días siguientes a nuestra cita fueron pasando casi con normalidad, yo seguía aprendiendo, y mi profesor continuaba con sus lecciones, de vez en cuando me daba oculta entre hojas de mi tarea, algún que otro escrito que él había preparado para mí.

A veces me felicitaba con un toque de su mano en mi espalda, o un "buen trabajo señorita".

Las dos semanas restantes a mi final de curso, pasaron casi sin darme cuenta, 
12 de Agosto de 1996, regresaba a mi casa orgullosa con mi diploma, y con una carta privada de mi profesor, que debía leer detenidamente y pensar muy bien mi respuesta, me había pedido.

La carta decía más o menos así.

"Debido a su interés en aprender sobre lo hablado en el bar, me gustaría poder enseñarle de manera real, todos los detalles que envuelven a este hermosos mundo.
Como se habrá dado cuenta, soy un seguidor apasionado, y veo que también lo es usted.
No se tomé todo a la ligera y por favor piénselo muy bien, porque si acepta, su vida va a cambiar de un modo drástico."

Me sentía una mujer hecha y derecha, con mi título, me sentía importante, había llamado la atención de un hombre mucho mayor que yo, mi padre tenía absoluta confianza en mí, y por sobre todo, mi profesor iba a ser el primer hombre en mi vida, y me atraía de manera especial. Que más podía pedir?

Espere un par de días para llamarlo, debía hacerle creer que lo había pensado un buen tiempo, aunque eso no era verdad, llame a su trabajo en el horario que alguna vez me señalara, hable con él pocos minutos, fue una charla directa sin vueltas en donde me indicó, hora día y lugar donde nos encontraríamos, pregunto por mi número telefónico y me dio el horario exacto en que me llamaría cualquier día pero en el que yo lo debería atender.

El encuentro sería la semana entrante, estaba ansiosa, que más me quiere enseñar? pensaba, creía que con todo lo leído sabía todo ya.

Contaba los días, cada uno de ellos se hacía eterno, miraba el reloj y a la hora señalada, rondaba por el teléfono, cada día a las cinco de la tarde, mi respiración se volvía rápida, mis manos temblaban, mis ojos se posaban firmes en aquel aparato gris, era una hora, una hora que se hacía un siglo, hasta que volvía a la vida real.

Esa tarde tan esperada llegó al fin, tarde gris y plomiza, 17:25, el sonido agudo del teléfono hizo que mi corazón se detuviera casi por completo.

- Hola, dije yo tratándome de hacer la sorprendida.

- Buenas tardes, sea puntual, la quiero bien bonita para mí, sin maquillaje y sin ropa interior.

- Perdón, cómo que sin ropa interior? conteste horrorizada.

- En que idioma hablé? sin ropa interior, hasta mañana.

No me dio tiempo a pedirle explicación de ese pedido, volví a leer y a re leer todos los escritos que tenía guardados secretamente como un tesoro.
En ningún lado decía nada sobre eso, que estaba pasando?
Si bien el pedido me parecía un escándalo, algo sin nombre, muy dentro mío, la idea de estar expuesta ante él me gustaba.