miércoles, 23 de octubre de 2013

SEÑOR X, EL COMIENZO

El encuentro se sucedîo justo una semana después de recibirme como su sumisa, el lugar elegido, fue el mismo hotel de aquella vez, las sensaciones, conocidas, las expectativas, creo que todas.

Llegue a la habitación de aquel hotel, no estaba tan iluminada, la gran cama descansaba en el medio observada atentamente por grandes espejos.

El piso escondía su color debajo de la alfombra azul que lo cubría completamente, una mesa con elementos que luego se usarían en mi cuerpo, se dejaba ver en un rincón de la habitación, al lado una silla blanca, que le daba un toque de nostalgia a la decoración.

Apoyado en la cabecera de la gran cama estaba mi amo, esperándome muy calmo, casi sin importarle que había llegado, como es costumbre mía, un poco mas tarde de lo acordad.

Entre me puse de rodillas frente a el, podía sentir su mirada observando cada detalle en mi, se lo notaba muy tranquilo, quizás ansioso, en alguna oportunidad me había contado que no tenia mucha experiencia, 

Era raro, porque en ese momento yo me sentía muy segura, sabia lo que hacia, y estaba tranquila, era la primera vez que frente a un amo me hallaba así y eso era algo que no terminaba de comprender.

Como en una charla anterior se habían pautados los limites no fue necesario volver a tocar ese tema, la sesión comenzó casi de inmediato, de pronto me encontré desnuda,atada en una cama recibiendo azotes, pero mi mente no estaba en blanco, el nudo en mi estomago no se hacia presente, los nervios que en cada encuentro con mi anterior amo, no se apoderaban de mi cuerpo. en ese momento no lo entendí, creí que eso llegaría de a poco.

La sesión fue un tanto monótona, nada me sorprendió, nada lleno mis expectativas, y en mi interior pienso que a mi amo, el señor X,era su seudónimo, tampoco se sintió satisfecho

Las dos horas en esa habitación, se hicieron eternas, parecía que el tiempo estaba detenido caprichosamente, y ahí se quedaría.

Al fin sonó el teléfono, el conserje aviso que el tiempo se cumplió, nos despedimos, y una sensación de vació me inundo.una sensación que estaría presente en cada encuentro con mi amo.

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