El amanecer del día señalado me encontró despierta en mi cama, con mis pies atados como cada noche, y con mi mente volando quien sabe por dónde.
Una secuencia de momentos vividos en estas últimas semanas, pasaban por mi cabeza, como en una película de poco éxito.
Trataba de recordar cada escrito, cada imagen, el rostro de mi profesor, daba vueltas en mí, quería imaginar que sucedería esa tarde, pero realmente me era imposible.
Desate mis pies, y guarde el cinto del vestido preferido de mi hermana, me levante, pero era como si yo mirara desde arriba lo que pasaba en mi casa, es que no estaba en mí.
Las horas pasaban muy lentas en mi reloj, la hora señalada estaba tan lejos todavía.
Encima tenía que decidir si ponerme ropa interior o no, no era correcto no usarla, pero por otro lado era un pedido de él, y la duda me perseguía constantemente.
Tuve miedo, varias veces pensé en no ir, varias veces dudé, varias preguntas me hice y a todas las respondí de manera que me convenía a mí.
Que me vistiera bonita me dijo, elegí para ese día un vestido suelto de color blanco con alguno que otro detalle en negro, con un lazo negro a la altura de la cintura, zapatos de taco y mi cabello suelto.
Partí rumbo al bar, el mismo bar que nos hubo cobijado unas semanas atrás.
Él me estaba esperando en la misma mesa, me acerqué, me miró fijo y me invitó a sentarme, sin sacarme sus ojos de encima.
- Está muy linda.
- Gracias, no sabía bien que ponerme, le conteste sin mirarlo a los ojos
- Nerviosa? pregunto mientras encendía su cigarrillo.
- Y la verdad es que si…
Me regalo una sonrisa, que en cierto modo me tranquilizo un poco, ya que yo no era dueña de mis actos, estaba muy nerviosa, un nudo en el estómago, y el temblequeo continuo de mis piernas.
- Supongo que no lleva ropa interior, como se lo indiqué
- En realidad, no me animé a venir así, así que sí, me puse.
Me miró fijamente, frunció el ceño, mientras apagaba su cigarrillo preguntó
- Usted es muy jovencita, ya ha tenido relaciones antes?
Me puse colorada, como me iba hacer una pregunta tan indiscreta? pensé, baje mi cabeza, tratando de ocultar toda la vergüenza que se reflejaba en mi cara.
- Por el rojo en sus mejillas, diría que sí.
lo negué con mi cabeza, no era el momento para explicarle que tambén iba a ser mi preimer hombre, sacó su billetera, pagó el café que estaba tomando.
- Nos vamos.
Me levante sin preguntar nada, es que simplemente no me animaba, salimos del bar, me tomó de la cintura y me guío por donde debíamos ir.
Caminamos un par de cuadras, nos acercamos a un auto, viejo, de color rojo desteñido, abrió la puerta y me invitó a subir.
Cuando él entró en el auto, me dijo sin soltar en volante y con la mirada pérdida en el horizonte.
- “Yo soy amo, hace mucho tiempo, usted es sumisa, inexperta pero su actitud de querer aprenderlo todo es lo que me hace desearla.Como su amo, me comprometo a cuidarla, entrenarla, y estar siempre.Como mi sumisa debe comprometerse a confiar en mí, a no dudar de mí, y a estar para mí cada vez que yo lo desee.
Ahora, está dispuesta aquí y ahora a asumir ese compromiso?
- Yo confío en usted, y esto que siento, quiero liberarlo, aquí y ahora le digo que quiero continuar.
En ese momento no entendí mucho lo que me estaba queriendo decir, era sumisa, me lo había dicho, lo sentía muy dentro mío aún sin saber que significaba, pero quería descubrirlo.
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