viernes, 25 de enero de 2013

CONOCIENDOME

Fue difícil hace veintitantos años atrás comprender que pasaba en mí.
Cuando a las chicas de la misma edad que yo, en una película, les gustaba el momento en que la bella dama era rescatada de un secuestro por el valiente caballero, del cual se enamoraba después.

A mí no me pasaba eso. Me gustaba la idea de que esa hermosa dama fuese torturada humillada, encerrada y sometida. 
Pero como comentar lo que me pasaba y lo que me gustaba?!

No eran los tiempos que corren ahora, no existia internet, en casa bajo la atenta mirada de mi padre, debíamos tener un perfil muy bajo, no era bien visto que una de sus hijas, hablara de sexo ni mucho formulara ese tipo de comentarios...

No comprendía mucho, tampoco, el porque de mí atracción hacia ese tipo de cosas, era una gran incognita saber si a otras chicas les pasaba algo similar, o si algo en mi estaba realmente mal.

No comprendía el por que a la noche, sola en mi cuarto, deseaba dormir con los pies atados.
Primera anecdota.

Esperaba que todos se acostaran, que mí madre viera que todo estaba en orden, luces apagadas, cada uno de sus hijos en su respectiva cama. Entonces me levantava muy sigilosamente, para que nadie me escuchara, buscaba el cinto de tela blanca con pequeños lunares de un rosa muy pálido del vestido preferido de mi hermana menor, volvía a mi cama y ataba mis tobillos, y así entraba en un dulce y profundo sueño.

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