La relación con mi amo, marchaba sobre ruedas, experimentaba placeres nunca
imaginados, realizaba tareas jamás pensadas, y mi cuerpo era un torbellino de
emociones que no sabía que pudiesen existir, me sentía muy segura y sacaba a
relucir frente a él mi lado oscuro, el que no conocía.....
Mi amo me enseño que estaba bien que yo pensara así, estaba bien que
me gustara ser sometida, humillada, que deseara entregarme a una persona y que
se convirtiera en mi único dueño.
Cuando acepte por fin mi condición de sumisa, cuando la entendí,
cuando me sentía cómoda por ser quien era, por conocer lo que realmente deseaba
ser, entonces estuve lista para entregarme sin prejuicios a mi AMO.
Una etapa difícil comenzó ahí, descubrí que muchas cosas jamás
imaginadas por mí en este mundo del BDSM.
Descubrí que no todos piensan igual. que no hay una regla fija en la cual seguir, que ser sumisa no es siempre color de rosas, que es un camino difícil, que a veces se vuelve frustrante cuando las cosas no salen como uno quiere.
Descubrí que el aceptarme sumisa no fue fácil, pues hubo veces, muchas, en las que no estuve de acuerdo con mi AMO, si bien fue una maduración de mi mente de mujer, a veces me sentía una chiquilina caprichosa y porque no tonta, que no encontraba algo que me indicara si estaba haciendo bien o no las cosas.
Hubo momentos en los cuáles quise desistir, volver a ser solo una simple mujer, que disfrutaba de sus fantasías en secreto pero había algo que no le encontraba explicación, que me animaba a continuar.
Hubo momentos en los que quizás no estuve a la altura de mi AMO y solo quise llorar.
Conocí el rigor de los azotes, la tensión de sogas inmovilizándome, la voz de mi AMO ordenándome que hiciera esto o aquello, conocí la seda de un pañuelo impidiendo que viera lo que estaba por suceder, o algún trozo de tela en mi boca, que me ahogaba.
Fui conociendo, el sentirme vulnerable, el morir de vergüenza por estar desnuda frente a él, ser sometida a los placeres y caprichos de ese hombre, que en ese momento tenía el control sobre mí.
Conocí la humillación de ser la perra de mi AMO, en algún momento solo fui su esclava, que no pensaba ni sentía nada solo tenía la obligación de complacer a esa persona.
Aprendí a estar en frente de un hombre, a satisfacer sus fantasías a
cumplir con sus expectativas, a realizarle sexo oral, que en cada encuentro
debía ser mejor que el anterior.
Fui aprendiendo de a poco, en tiempo real, cada cosa que descubrí, la viví, la sentí en mi cuerpo, en mi mente.
Todo lo que fui descubriendo en este tiempo, me ayudaron a crecer como sumisa, a poder dar una opinión por que ahora si sabía, sí lo había vivido.
Fui aprendiendo de a poco, en tiempo real, cada cosa que descubrí, la viví, la sentí en mi cuerpo, en mi mente.
Todo lo que fui descubriendo en este tiempo, me ayudaron a crecer como sumisa, a poder dar una opinión por que ahora si sabía, sí lo había vivido.
Alguien me dijo una vez, que cada AMO es único, y que cada uno de ellos va
a moldear a su sumisa a su gusto, en aquel tiempo, no preste atención a sus
palabras, el tiempo le daría la razón.
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