miércoles, 13 de noviembre de 2013

UNA CARTA

 Mi niña cuanta nostalgia note ayer en sus palabras en el poco rato que conversamos, no me gusta sentirla así, su espíritu joven y fresco traen alegría a mis días monótonos y rutinarios

Se que usted toma cada fin de relación como un fracaso, mas le digo desde mis ya muchos años que no son fracasos, son aprendizajes que le traen seguridad y confianza, se que es difícil y se que ahora todo esta cubierto de nubes grises, pero mi niña, acaso no sabe que después de cada tormenta siempre sale el sol                                                                                                                                                                                                                        Mi niña,no decaiga,usted posee esencia de sumisa,usted no se transformo en sumisa,usted nació con sus sumisión a flor de piel,estaba bien guardada en su interior

Mi niña,mi querida niña,llegara el día en que una amo,el indicado,entrara en su vida,
el sabrá tomar su mano y la conducirá por este camino,difícil a veces,pero hermoso también

Le enseñara,la guiara,la cuidara,la querrá,sera su posesión mas importante,mas querida..

Sera su sumisa,parte de su piel,lo hará feliz y se entregara en cuerpo y alma a el.

Mi niña,el día que su amo,el indicado para usted llegue,no tenga miedo,su corazón sabrá que es el,y su entrega absoluta ira fluyendo sola,de manera muy natural.

Aprenderá bajo su cuidado,a quererle,a hacerlo feliz,a complacerle,sera guardiana de sus secretos,confidente de sus problemas,el hombro que el buscara para desahogarse,sera compañera de aventuras y de placeres ocultos que solo ustedes compartirán.

Sera suya,en todo momento,sera de su propiedad y se sentirá feliz.

Mi niña,mi querida niña,usted es como una cajita de pan dora,esta llena de gratas sorpresas.

Quien sepa como abrir esa cajita,descubrirá un tesoro muy valioso en usted,sera dueño de ese tesoro y créame que sera muy afortunado de poder tenerla.
 
Un amo no es solo quien te da ordenes o unos cuantos azotes,un amo llega a ser parte de su piel,de su vida ,de su corazón.                    



                                                                                                        ATTE. AMO RICHARD.



La verdad cundo recibí esta carta de mi gran amigo pensé que solo eran palabras sacadas de algún viejo libro de poesías..pero la verdad es que la vida me estaba guardando el mejor regalo para el ultimo.
  

lunes, 28 de octubre de 2013

SEÑOR "X",FINAL

Era una orden encontrarme con el el, vía msn, pero si el no me saludaba primero, yo no podía hacerlo, así pasaban los días  en que yo de este lado de la pc, esperaba un simple saludo de mi amo, pasaban semanas y no lograba cruzar palabra alguna, solo recibía un mensaje 20 minutos antes de la hora programada para el encuentro.

A veces me decía que no tenia tiempo por su trabajo y otras simplemente que no tenia nada para conversar conmigo.

El hotel alojamiento siempre era el mismo, ese toque de misterio que encerraba entre sus paredes lo hacia ver excitante y peligroso a la vez.

Me mandaba por mensaje de texto el numero de la habitación que había reservado con anterioridad, mi obligación era  esperarlo en ella, desnuda de rodillas y con mi pecho en el suelo, cuando mi amo ingresaba, debía quitar su ropa con mucho cuidado y suavidad, la doblaba con suma prolijidad y acomodaba sobre alguna silla.

Esto pasaba siempre, siempre que estuviésemos en sesión, el una vez ya desnudo vería que haría conmigo.

Fueron varias sesiones en ese hotel las que tuvimos, todas fueron iguales, el factor sorpresa nunca llego, la química se hizo ausente, era una relación  fría en la que ninguno de los dos salia satisfecho, muy por el contrario.

Una tarde de octubre del año 2008 recibí un mail, de mi amo, en el decía, que yo no cubría con sus expectativas, que no contaba con tiempo para mi educación y que por lo tanto me otorgaba mi libertad.

Si bien, no era la relación soñada, estaba dispuesta a tratar de mejorarla no se como, pero no quería que también fracasara. es que si bien  mi vida social era muy activa, mi corazón sumiso necesitaba de un amo, quizás suene extraño, pero así lo sentía.

A su mail, mi respuesta fue de decirle que no se apresurara, que iba a poner lo mejor de mi y que podíamos encontrar lo que sentíamos que faltara su respuesta.... fue solo silencio, nunca mas volví a saber de el.

El fracaso nuevamente se apoderaba de mi, nuevamente las nubes grises aparecieron., la duda volvió a mi corazón, era realmente mi alma sumisa, o yo no pertenecía a este hermoso mundo.

miércoles, 23 de octubre de 2013

SEÑOR X, EL COMIENZO

El encuentro se sucedîo justo una semana después de recibirme como su sumisa, el lugar elegido, fue el mismo hotel de aquella vez, las sensaciones, conocidas, las expectativas, creo que todas.

Llegue a la habitación de aquel hotel, no estaba tan iluminada, la gran cama descansaba en el medio observada atentamente por grandes espejos.

El piso escondía su color debajo de la alfombra azul que lo cubría completamente, una mesa con elementos que luego se usarían en mi cuerpo, se dejaba ver en un rincón de la habitación, al lado una silla blanca, que le daba un toque de nostalgia a la decoración.

Apoyado en la cabecera de la gran cama estaba mi amo, esperándome muy calmo, casi sin importarle que había llegado, como es costumbre mía, un poco mas tarde de lo acordad.

Entre me puse de rodillas frente a el, podía sentir su mirada observando cada detalle en mi, se lo notaba muy tranquilo, quizás ansioso, en alguna oportunidad me había contado que no tenia mucha experiencia, 

Era raro, porque en ese momento yo me sentía muy segura, sabia lo que hacia, y estaba tranquila, era la primera vez que frente a un amo me hallaba así y eso era algo que no terminaba de comprender.

Como en una charla anterior se habían pautados los limites no fue necesario volver a tocar ese tema, la sesión comenzó casi de inmediato, de pronto me encontré desnuda,atada en una cama recibiendo azotes, pero mi mente no estaba en blanco, el nudo en mi estomago no se hacia presente, los nervios que en cada encuentro con mi anterior amo, no se apoderaban de mi cuerpo. en ese momento no lo entendí, creí que eso llegaría de a poco.

La sesión fue un tanto monótona, nada me sorprendió, nada lleno mis expectativas, y en mi interior pienso que a mi amo, el señor X,era su seudónimo, tampoco se sintió satisfecho

Las dos horas en esa habitación, se hicieron eternas, parecía que el tiempo estaba detenido caprichosamente, y ahí se quedaría.

Al fin sonó el teléfono, el conserje aviso que el tiempo se cumplió, nos despedimos, y una sensación de vació me inundo.una sensación que estaría presente en cada encuentro con mi amo.

lunes, 22 de julio de 2013

LA HISTORIA CONTINUA

Cuando recibí esa invitación en realidad no me la esperaba, nos habíamos conocido hacia un tiempo ya, habíamos hablado muchas veces, pero no dio muestras de estar interesado en mi, tenía muchos conocimientos en computación y era unos años más chico que yo, a él no le preocupaba en lo más mínimo, al principio a mi si, cuando  hablamos el tema de la edad quedo completamente a un lado.
Me dio la dirección y el nombre del hotel donde nos veríamos, en ese momento mucho no conocía sobre el proctólogo que muchos amos cumplen al pie de la letra.
Llegó su mensaje a mi celular, diciéndome el numero de habitación, llegue con muchas dudas y no
sabiendo si había hecho bien o no.
Toque a la puerta y alguien contesto de adentro que pasara.
Entre despacio y ahí estaba este hombre, sentado en un sillón de cuero bordo, que hacía juego con la decoración de toda la habitación, estaba bien iluminada, y los cuadros que colgaban de las paredes eran de  mujeres desnudas, tapando sus partes intimas.
Me acerque hacia donde estaba, me senté en los pies de la gran cama, cruce mis piernas y adopte una actitud relajada.
Conversamos, de lo que quería, de lo que me gustaba, de lo que él pretendía, de sus gustos y aspiraciones, de su vida, de la mía, fue una charla fluida, en donde los dos la disfrutamos.
La pregunta fue directa, mi respuesta también, no lo pensé solo dije que sí.
Él, mi amo a partir de ese instante, me dio las directivas de cómo debía comportarme frente a él, pautamos limites, y la primera orden fue estar siempre de rodillas en su presencia
Así lo hice, me puse de rodillas, con mi cabeza hacia abajo y terminamos de aclarar detalles.
Las sensaciones volvieron a mí, estaban a flor de piel, si bien en ese primer encuentro nada paso más de lo que acabo de contar, muy dentro de mí sabía lo que vendría en un futuro no muy lejano.
Las ganas de sentirme propiedad de en ese instante quien sería mi dueño, pero faltaba algo, no entendía bien que era, pero en mi interior sentía que faltaba algo.

HOLA NUEVAMEMTE

Despues de un buen tiempo de ausencia por problemas de salud, los cuales si bien no estan solucionados al menos estan controlados, vuelvo para seguir narrandoles mi historia, historia la cual sucedio en tiempo real....

Aqui continuo con mi relato, gracias......

miércoles, 15 de mayo de 2013

INTERMEDIO.


Pasaron los días, las semanas, los meses y nunca más supe de mi amo, mi vida siguió su curso.
Si bien no era la misma, ya que mi sumisión ahora entendida y vivida, estaba a flor de piel, no podía volver el tiempo atrás, solo me quedaba recordar cada momento, cada detalle, cada sentimiento, cada sensación, y tratar que esos momento no se fueran nunca de mí.
Sentía que algo me faltaba, si bien las páginas de internet me podían proporcionar imágenes y artículos, yo necesita, volver a sentirlos en mi propia piel.
Una mañana, calurosa de verano, desperté luego de una noche, inquieta, en donde mis sueños me jugaron una mala pasada, pues me hicieron revivir encuentros fogosos con el que había sido hasta hace poco, mi amo.
En medio de una ducha matinal, mis manos, tocaron de manera indecorosa mis genitales, fue el interruptor que encendió de nuevo esa mezcla de sensaciones, ese torbellino que se apoderaba de a poco de mi mente, de mi cuerpo, que hace que simplemente no fuera yo, y le daba lugar a la mujer sumisa, apasionada, obediente.
A partir de esa mañana recree una a una, las tareas que alguna vez me diera mi amo, reviví momentos de algún encuentro en fotos que encontré en la red, extrañe órdenes impartidas.
La vida de una mujer vainilla, siguió su curso, la vida de una mujer sumisa, necesitaba el bdsm para poder seguir adelante, necesitaba el bdsm como parte de sí misma. 
Pasó el tiempo, pasaron meses años y si bien necesitaba poder entregarme a un amo real, el recuerdo de mi relación pasada no me permitía comenzar una búsqueda.
Un día cualquiera encontré una página relacionada exclusivamente al bdsm y los temas que lo conforman.
Ese día sin saberlo la búsqueda empezó, ese día yo misma me asombre, pues encontré a una mujer madura dispuesta a vivir su sumisión plenamente.
Conocí mucha gente de distintas partes de mi país, amos con experiencia, sin experiencia y gente que solo buscaba sexo duro.
Lo más impresionante para mí fue el darme cuenta que ese miedo que sentía había desaparecido, que podía seguir una conversación vía chat, sabiendo de lo que estaba hablando, porque tenía conocimientos, por que en mayor o menos medida, lo había sentido, lo había vivido.
Me sentía cómoda, me sentía entendida, nadie se admiraba al saber mis gustos y preferencias, encontré personas que sentían igual que yo, que pensaban como yo, estaba en mi mundo, podía ser sumisa sin tapujos.
Entre tantos amos que conocí hubo uno con el que concordábamos, me gustaba su manera de ser, y era respetuoso conmigo, hablábamos mucho, no solo de bdsm si no que de la vida misma.
Una tarde sin esperarlo, me dijo que sería bueno que nos conociéramos, que si bien nos entendíamos, estaría bueno, ver si entre nosotros había piel, al principio lo dude, pero después me dijo, porque no? 


martes, 30 de abril de 2013

EPÍLOGO.


Salí de aquel lugar, creyendo que era un enojo temporario, que mañana seria como antes otra vez. 
 
Esa noche no pude dormir, las secuencias de ese encuentro fallido se sucedían una tras otra en mi cabeza.
 
El sol se asomo tenue, un manto de grises nubes impedían que brillara en todo su potencial, esperé el llamado de mi amo, ese llamado que cada día tempranito me hacía para darme la tarea que debería cumplir.
 
Los minutos pasaban en cámara lenta, por fin la hora señalada llegó, pero el teléfono no sonó.
 
Espere, y espere y el llamado nunca llegó.
 
A si fueron pasando los días, y las semanas y no había noticias de mi amo…
Después de tres semanas de no saber nada de él, tomé coraje no sé bien de donde, y lo llame a su oficina, aunque lo tenía prohibido...
-Por que no me llamó mas amo?, mis palabras eran inseguras, 
 -No te dije que nunca me llamaras a mi oficina?
 
-Si, pero...... no me dejo terminar la oración.
 
-No te llamé, porque me cansé de perder el tiempo con una nena caprichosa, no te llamé, porque en este tiempo no me demostraste nada que haga que quiera volverá educarte.....
 
Ni siquiera pude responderle.
 
-No me llames mas, no quiero volver a saber más nada de vos....
 
Sin que pudiera decir palabra alguna, el teléfono me devolvió el silencio de quien ya no está del otro lado.
 
Quedé desolada, me sentí inútil, vulnerable, triste usada, no comprendía el porqué mi amo había tomado esa determinación...
 
No era suficiente sumisa para él, no le demostré lo que era capaz de hacer, mil preguntas sin respuesta invadían mi cabeza.
 
Los días que siguieron, me encontraron sumida en una profunda tristeza, no terminaba de asimilar lo que había pasado, había sido una historia fuerte, y muy de golpe para mí.
 
El final a esta relación había llegado, una relación que cambio el curso de mi vida para siempre.....

EL FINAL.


Esa fría tarde legó el final a tan apasionada relación
 Estaba saliendo de casa para ir a su encuentro, pero algo me demoró, sabía que mi amo no estaría contento con esto, pues le enojaba mucho si me retrasaba y tenía que esperarme.
Cuando por fin pude llegar al lugar elegido, su ceño estaba fruncido, no respondió a mi saludo, ni siquiera giro su cabeza para mirarme, en silencio abrió la puerta de su auto, subí, y empezamos el viaje hasta nuestro lugar secreto.

La ida fue un tanto tensa, un silencio profundo invadía el viejo auto, que hasta parecía que tampoco quería llegar a destino.

Bajamos, no me tomo de la cintura como lo hacía siempre para guiarme adentro, caminó delante mío como ignorando que seguía sus pasos.

Abrió la puerta, entró y se sentó en su sillón de cuero marrón, encendió un cigarro y solo me observó.

Quede parada en la puerta, sin saber muy bien qué hacer, algo no estaba bien, no me atreví a entrar a aquella vieja habitación.

-Te vas a quedar todo el día ahí parada, o vas a entrar?
Su voz se sintió como un hierro helado que me atravesó la piel.
Entré muy despacio, casi no queriendo hacerlo, cerré la puerta tras de mí, y me dirigí a donde se encontraba él, me puse de rodillas, con mis manos en mi espalda.

-Quiero una explicación en este preciso momento, dijo casi en un susurro.

No entendía muy bien a qué se refería, podía sentir su mirada clavada en mí,
 

-no sé a qué se refiere amo, le respondí sin mirarlo a los ojos, pues lo tenía prohibido.

-Ahora resulta que la niña no sabe a qué me refiero, dijo en tono burlón.

Mi respuesta fue quedarme en silencio.
 
-Perfecto, no quieres contestar no lo hagas.
 
Me tomó del pelo, me levanto con fuerza y una cachetada retumbo en mi cara, 
-Avanzas un paso y retrocedes dos, no estoy jugando, no me gusta jugar, pareces una nena caprichosa porque no le compran la muñeca que quiere.
Que le pasa?
 Me preguntaba en silencio, hice todo lo que me pidió y ordeno para estar a su altura,
 Por qué me dice eso?
Cientos de respuesta y preguntas me hacía a mí misma, tratando de entender el porque de esta situación.
-Andate, me sacas las ganas de todo.
Esas palabras fueron las últimas que escuche de mi amo, aunque en ese momento no me lo imaginaba, me di la vuelta y salí con el corazón paralizado, en silencio, con mis lágrimas a flor de piel.

lunes, 22 de abril de 2013

MI PRIMERA LIBERTAD (parte 1)


Los encuentros con mi amo, ya no me hacían vibrar como al principio, habían pasado casi dos años , desde nuestra primera charla, en donde me tomó como su sumisa, sé que no debería decir esto, se supone que una sumisa debe estar conforme siempre con su amo, al menos eso creía en esos tiempos.

Si bien él me formó, me enseñó, me explicó, y me hizo vivir sensaciones inexplicables,  todo se fue tornando de un color oscuro.

Las ataduras que lastimaban, azotes que debía recibir, casi casi sin sentido, torturas que no terminaba de entender, que se fueron tornaron un momento de mucho miedo, ya que me sentía indefensa y vulnerable.

Solía disfrutar cuando me paseaba por la habitación como una perra con collar y cadena, pero lo cambio por azotes y marcas profundas.
  
No se en ese tiempo pensaba que esto era lo normal, que estaba bien, que debía ser así

Ahora pienso que a lo mejor que el necesitaba alguien con mas experiencia y no recién iniciada como yo.

O quizás el no tuvo la paciencia que enseñarme y respetar mis tiempos.

Me entregue hasta donde me lo permitió, el trato que mi amo tenía hacia mí, era distante, frío.

Me convertí en lo que me ordenó.

Para él solo era un objeto el cual usaría cuando tuviese ganas, se suponía que él era mi amo, así que la tenia la razón, así lo pensaba en ese momento.

Le entregue mi cuerpo, para que lo usara con sus más bajos placeres y fantasías.

Complací y tolere cada una de sus humillaciones, que iban aumentando sin razón sesión tras sesión.

Me supo decir que al collar debía ganármelo, estaba ansiosa por poder llevar en mi cuello su collar, así que día a día ponía mas empeño en aprender a ser una excelente esclava, creo que era lo único que importaba a pesar de todo.

A veces me preguntaba, si estaba bien lo que mi amo hacia conmigo, y ahí no mas me respondía que si, que estaba muy bien que solo era yo la débil que no se aguantaba un poco de dolor.

En ese momento solo podía seguir esforzándome para complacer a mi amo y tratar de que este satisfecho.

El tiempo me hizo ver las cosas de otra manera…

martes, 16 de abril de 2013

MI PRIMERA LIBERTAD.


Las semanas pasaban casi sin darme cuenta, cada encuentro se volvía mas intenso, los limites que alguna vez se establecieron, se cruzaron en muy poco tiempo, mi amo no quería esperar, quería demostrarme toda su experiencia, yo estaba fascinada con todas las experiencias que estaba viviendo, pero había un miedo interno que no se iba con el paso del tiempo, por el contrario renacía en cada encuentro.

Nunca me animé a decirle que esto o aquello no me gustaba, o que ciertos ejercicios me asustaban o que los azotes que daba en mi espalda con su látigo, se convertían en un momento en insoportables.

Las palabras de seguridad que en algún momento me enseño y memoricé, no causaban efecto, mi amo no las escuchaba, solo se detenía cuando descargaba tensiones, quien sabe de que naturaleza.

Las marcas que debía llevar en mi cuerpo, producto de los encuentros, se tornaban cada vez mas difícil ocultarlas, si bien yo compartía la intimidad solo con él, púes una de las principales órdenes de mi amo, fue la de prohibirme tener un noviecito, ni siquiera tenía permitido salir a bailar los sábados en la noche, solo le pertenecía a él, y no me animaba a desobedecerle, ya en algún momento conocí a mi amo verdaderamente enojado por alguna falta mía, y no quería que volviera a repetirse. Como les decía, era muy difícil esconder las marcas en mi casa, si bien al principio solo estaban alojadas en la cola y espalda, poco a poco fueron corriéndose de lugar, para instalarse en brazos, muslos, pechos y estomago, eran de un color muy fuerte y él me decía que siempre las iba a dejar, puesto que a él le excitaban de sobre manera.

Los castigos o enseñanzas como él me decía, se fueron tornando al paso de los meses de placenteras a extremas, de excitantes a temerosas.

Las tareas para el hogar, así lo sabía llamar él, se tornaron casi, casi un tema fijo, todos los días a la mañana temprano, él me llamaba por teléfono y me daba la tarea que debía cumplir ese día, yo, chiquilla un poco tonta e inexperta, las cumplía al pie de la letra, aunque fueran insólitas o humillantes, pensaba que si no las realizaba, mi amo se daría cuenta y eso llevaría a un castigo extremo.

Si bien muy dentro de mí sabía que algo no era del todo normal, no me imaginaba que este seria el principio del fin......

lunes, 8 de abril de 2013

LA RELACÍON CON MI AMO.


La relación con mi amo, marchaba sobre ruedas, experimentaba placeres nunca imaginados, realizaba tareas jamás pensadas, y mi cuerpo era un torbellino de emociones que no sabía que pudiesen existir, me sentía muy segura y sacaba a relucir frente a él mi lado oscuro, el que no conocía.....

Mi amo me enseño que estaba bien que yo pensara así, estaba bien que me gustara ser sometida, humillada, que deseara entregarme a una persona y que se convirtiera en mi único dueño.

Cuando acepte por  fin mi condición de sumisa, cuando la entendí, cuando me sentía cómoda por ser quien era, por conocer lo que realmente deseaba ser, entonces estuve lista para entregarme sin prejuicios a mi AMO.

Una etapa difícil comenzó ahí, descubrí que  muchas cosas jamás imaginadas por mí en este mundo del BDSM.

Descubrí que no todos piensan igual. que no hay una regla  fija en la cual seguir, que ser sumisa no es siempre color de rosas, que es un camino difícil, que a veces se vuelve frustrante cuando las cosas no salen como uno quiere.

Descubrí que el aceptarme sumisa no fue fácil, pues hubo veces, muchas, en las que no estuve de acuerdo con mi AMO, si bien  fue  una maduración de mi mente de mujer, a veces me sentía una chiquilina caprichosa y porque no tonta, que no encontraba algo que me indicara si estaba haciendo bien o no las cosas.

Hubo momentos en los cuáles quise desistir, volver a ser solo una simple mujer, que disfrutaba de sus fantasías en secreto  pero había algo que no le encontraba explicación, que me animaba a continuar.

Hubo momentos en los que quizás no estuve a la altura de mi AMO y solo quise llorar.

Conocí el rigor de los azotes, la tensión de sogas inmovilizándome, la voz de mi AMO ordenándome que hiciera esto o aquello, conocí la seda de un pañuelo impidiendo que viera lo que estaba por suceder, o algún trozo de tela en mi boca, que me ahogaba.

Fui conociendo, el sentirme vulnerable, el morir de vergüenza por estar desnuda frente a él, ser sometida a los placeres y caprichos de ese hombre, que en ese momento tenía el control sobre mí.

Conocí la humillación de ser la perra de mi AMO, en algún momento solo fui su esclava, que no pensaba ni sentía nada solo tenía la obligación de complacer a esa persona.

Aprendí a estar en frente de un hombre, a satisfacer sus fantasías a cumplir con sus expectativas, a realizarle sexo oral, que en cada encuentro debía ser mejor que el anterior.

Fui aprendiendo de a poco, en tiempo real, cada cosa que descubrí, la viví, la sentí en mi cuerpo, en mi mente.

Todo lo que fui descubriendo en este tiempo, me ayudaron a crecer como sumisa, a poder dar una opinión por que ahora si sabía, sí lo había vivido.
 
Alguien me dijo una vez, que cada AMO es único, y que cada uno de ellos va a moldear a su sumisa a su gusto, en aquel tiempo, no preste atención a sus palabras, el tiempo le daría la razón.

martes, 26 de marzo de 2013

PRIMERA VEZ.....






Desde aquel día, en qué comencé mi camino de sumisión, mis fantasías y miedos iban tomando color, mi profesor me enseño muchas cosas.

Ya no debía llamarlo por su nombre, debía dirigirme a él como "amo"… nuestros encuentros eran cada 15 días, me pasaba a buscar por alguna calle desolada, y sin decir palabra, me debía subir a su auto en la parte de atrás. Mi amo, ya tenía una venda sobre el asiento lista para que me la colocara.

Cada sesión aprendía algo nuevo, me explicaba el protocolo, que una sumisa debe seguir, como dirigirme a él y como quería que fuera.

Me azotaba, ataba, castigaba y premiaba, establecimos límites que con el tiempo fuimos atravesando.

 Me acostumbre a su olor, a sus pasos, a su vos.

Conocí el sabor de su pija en mi boca, aprendí a llegar a encontrarme con sensaciones tan extremas que jamás ni siquiera imaginé que podían sentirse, pero algo quedaba incompleto, algo faltaba, lo podía notar en el rostro de mi amo.

Por ese tiempo, yo era una chiquilla de no más de 18 años, nunca había estado con un hombre antes.

Cuando se lo dije a mi amo, en cierto modo le alegro esa situación, pues, así lo demostró con una mueca sarcástica.

Hoy es el gran día me dijo, hoy por fin vas a ser mía… no presté mucha atención a sus palabras.

El encuentro de esa fría tarde de invierno, comenzó sin nada nuevo ni especial, nos encontramos, fuimos hasta esa fábrica de muebles, un poco vieja, pero que fue cómplice de nuestros encuentros, que fue testigo que lo que de a poco se fue construyendo entre nosotros.


Me encontraba acostada boca arriba en una cama de un chillido bastante molesto, mis manos estaban atadas a la cabecera, mis ojos cerrados, por orden de mi amo. 


Sentía su lengua juguetear con mis pezones, su mano exploraba con mucho interés mi vagina, deteniéndose
Solo para mojar sus dedos en mi boca, para seguir con su tarea.

El fuego que me invadía cada vez que estaba con mi amo, era inconfundible, me recorría de los pies a la cabeza, estaba a punto de llegar al éxtasis, pero él se detuvo de repente, ya conocía de memoria mis movimientos y mis tiempos.

Separó mis piernas y quedó encima de mi cuerpo, quise mirarlo, pero no me animé a contradecir una orden de  él, su pija se iba penetrando mi vagina, en una reacción involuntaria mis piernas se abrieron aún mas para darle lugar, un gemido se escapó de mí.

Lo sentí gemir, sus movimientos era rápidos, mordisqueaba mis labios, a medida que me tomaba del pelo, parecía alguien tan distinto él en cada encuentro…
Siempre fue muy ordenado, muy prolijo, nada demostrativo, sin embargó ahora era como un chiquillo rebelde y salvaje.

Terminó como un salvaje, sentí los espasmos de su pija muy dentro mío… me regaló una exclamación como de agradecimiento, besó mis labios y me sonrío, se recostó a mi lado y un silencio de paz nos envolvió.

Ese fue el momento que marcó un nuevo rumbo en mí, a partir de ese día me sentí otra persona, más segura, con más ambiciones…

Como que el mundo estaba a mis pies…

El tiempo me hizo volver a una realidad, no tan grata. 

Pero eso ya forma parte de otra historia que les contaré

jueves, 14 de febrero de 2013

LA SESIÓN (parte 3)

Besó mis labios, fue distinto, lleno de ternura, recorría con sus dedos mis brazos, continúo dibujando el contorno de mi rostro, bajo muy suavemente por mi cuello.

Sensacíones nuevas, encontradas iban despertando luego de un sueño profundo en el que estubieron inmersas.

Bajo por completo el cierre del vestido, qué cayó al suelo como las amarillas hojas en otoño.

Sentí tanta verguenza tapé mis pechos y bajé aún más mi cabeza, como queriendo ocultarme.

Los pasos de él, se sentían firmes a mi alrededor, podía sentir su mirada observandome con detenimiento.

Se detuvo detrás mío, tomó mis manos y las llevó por detrás de mi espalda, quería hacerle mil preguntas, pero el momento era mágico, el silencio llenaba de misterio el lugar.

Ató mis manos con firmeza, rodeo mi cuerpo con sus brazos, pude sentir su virilidad queriendo explotar, parecía irreal, recordaba las bellas damas de la películas atravesando situaciones similares a la que estaba viviendo en este momento, pero ahora era yo, la que estaba desnuda, expuesta , humillada frente a un hombre que iba dandole lugar a su ser mas salvaje.

Posó sus boca en mis labios, su aliento a tabaco se hacía mas fuerte, con un movimiento sútil de su lengua, entre abrío mis labios.

Mi cuerpo se estremecía, quería controlarlo, pero era inútil, ya no tenía mas el poder para hacerlo.

Mordisqueo mi pezón, me moví, quise dar un pasó atrás para alejarme, pero me lo impidío su mano al tomarme del cuello.

Inspeccionó mi sexo sin dejar de sostener mi cuello, un gemido se escapó de mí, mis lágrimas rodaban por mis mejillas.

Continúo explorando mis partes mas sensibles, mi cuerpo se arqueó ante él, estaba asustada, qué era esto qué sentía, por mi cuerpo corría un fuego indescriptible, una sensacíon única.

Me retiró de su lado, besó mi frente, acarció mi mejilla sonrojada, me ayudó a que me pusiera de rodillas y ató mis tobillos.

Sus movimientos cesaron, sus pasos se detuvieron, solo se oía mi respiracíon agitada.

Me quedé así en silencio, tratando de comprender lo que acababa de suceder, el poqué sentía la necesidad de algo más, qué era ese algo más ?

Un cigarrillo fue prendido, ahí supe, qué mi profesor estaba mirando con atencíon y reserva lo que a partir de ese momento sería solamente suyo.

jueves, 7 de febrero de 2013

LA SESÍON (parte 2)

Subimos a su auto, me dijó que me quitará mi ropa interior, me dio mucha verguenza , ignore sus palabras.
Un estruendo retumbo en mis oídos cuando una cachetada fue estampada en mi rostro.

-No me gusta repetir las cosas dijo de manera tajante, sin mirarme.

Estaba a punto de romper en llanto, no comprendía que pasaba, él quizás tampoco entendía que yo sólo era una chiquilla queriendo explorar este mundo nuevo, que me quitaba el sueño.

Quise preguntarle el porqué, pero su mano acariciando mi mejilla encendida me lo impidió.

Él puso en marcha el auto, sin mediar palabra, obedecí a su pedido.

Recorrimos un corto camino, sacó de su bolsillo una venda de color negro, sin mirarme, susurró

_Ponete esto por favor.

Aún sorprendida por el episodio anterior, tome la venda enseguida, tape mis ojos e hice un nudo ajustado para que no se moviese de lugar.

Trate de agudizar mis sentidos, el estruendoso motor del viejo auto en el que ibamos mucho no me dejaba oír, una brisa leve entraba por algún lugar del coche.

No se cuánto tiempo anduvimos, no se por qué lugares pasamos, que calles transitamos, solo se que una sensacion extraña, nueva, nunca antes sentida invadía todo mi cuerpo.

Llegamos al sitio elegido por él, me sobresalto el ruido de una destartalada puerta al cerrarse, al instante mi puerta se abría, sin mediar palabra alguna, saco mi ropa íntima de entre mis manos, me tomó de mis hombros y con un impercepitible movimiento me indicó que saliera del auto.

Mi cuerpo tambaleó al bajar, sus brazos me sostuvieron para que no cayera, cuando conseguí el equilibrio nuevamente me soltó.

Sentí su cuerpo robusto pararse detrás mío, él iba guiándome, mis pasos eran inseguros, lentos, su respiracíon chocaba contra mi cabeza.

Fue una senda corta la que anduvimos, no sé presisarlo con exactitud.

Una puerta pesada de madera, se abrío delante mío retomamos el caminar, y un aroma a madera reseca inundaba el lugar.

Nos detuvimos nuevamente, el cuerpo de mi profesor se alejo de mí el sonido de un manojo de llaves y una cerradura trabándose, me advirtieron que nada de esto era soñado, que estaba pasando y era real.

El aroma de su cigarro, se mezclaba con ese extraño olor a madera.

Sentí su mano bajando por mi espalda, bajando el cierre de mi vestido, en un acto reflejo me dí vuelta bruscamente.

-Qué hace ? mi vos se escuchó casi como un grito de furia.

No recibí respuestas de su boca, solo el golpe de su mano explotando en mi cara, la cachetada que volví a recibir, me hizo re pensar si realmente esto era lo que tanto anhelaba.

-Las órdenes las doy yo.

Fue tajante en su comentario.....

martes, 5 de febrero de 2013

LA SESIÓN.. (parte 1)


El amanecer del día señalado me encontró despierta en mi cama, con mis pies atados como cada noche, y con mi mente volando quien sabe por dónde.
Una secuencia de momentos vividos en estas últimas semanas, pasaban por mi cabeza, como en una película de poco éxito.
Trataba de recordar cada escrito, cada imagen, el rostro de mi profesor, daba vueltas en mí, quería imaginar que sucedería esa tarde, pero realmente me era imposible.
Desate mis pies, y guarde el cinto del vestido preferido de mi hermana, me levante, pero era como si yo mirara desde arriba lo que pasaba en mi casa, es que no estaba en mí.
Las horas pasaban muy lentas en mi reloj, la hora señalada estaba tan lejos todavía.
Encima tenía que decidir si ponerme ropa interior o no, no era correcto no usarla, pero por otro lado era un pedido de él, y la duda me perseguía constantemente.
Tuve miedo, varias veces pensé en no ir, varias veces dudé, varias preguntas me hice y a todas las respondí de manera que me convenía a mí.
Que me vistiera bonita me dijo, elegí para ese día un vestido suelto de color blanco con alguno que otro detalle en negro, con un lazo negro a la altura de la cintura, zapatos de taco y mi cabello suelto.
Partí rumbo al bar, el mismo bar que nos hubo cobijado unas semanas atrás.
Él me estaba esperando en la misma mesa, me acerqué, me miró fijo y me invitó a sentarme, sin sacarme sus ojos de encima.
- Está muy linda.
- Gracias, no sabía bien que ponerme, le conteste sin mirarlo a los ojos
- Nerviosa? pregunto mientras encendía su cigarrillo.
- Y la verdad es que si…
Me regalo una sonrisa, que en cierto modo me tranquilizo un poco, ya que yo no era dueña de mis actos, estaba muy nerviosa, un nudo en el estómago, y el temblequeo continuo de mis piernas.
- Supongo que no lleva ropa interior, como se lo indiqué
- En realidad, no me animé a venir así, así que sí, me puse.
 Me miró fijamente, frunció el ceño, mientras apagaba su cigarrillo preguntó
- Usted es muy jovencita, ya ha tenido relaciones antes?
Me puse colorada, como me iba hacer una pregunta tan indiscreta? pensé, baje mi cabeza, tratando de ocultar toda la vergüenza que se reflejaba en mi cara.
- Por el rojo en sus mejillas, diría que sí.
lo negué con mi cabeza,  no era el momento para explicarle que tambén iba a ser mi preimer hombre, sacó su billetera, pagó el café que estaba tomando.
- Nos vamos.
Me levante sin preguntar nada, es que simplemente no me animaba, salimos del bar, me tomó de la cintura y me guío por donde debíamos ir.
Caminamos un par de cuadras, nos acercamos a un auto, viejo, de color rojo desteñido, abrió la puerta y me invitó a subir.
Cuando él entró en el auto, me dijo sin soltar en volante y con la mirada pérdida en el horizonte.
- “Yo soy amo, hace mucho tiempo, usted es sumisa, inexperta pero su actitud de querer aprenderlo todo es lo que me hace desearla.Como su amo, me comprometo a cuidarla, entrenarla, y estar siempre.Como mi sumisa debe comprometerse a confiar en mí, a no dudar de mí, y a estar para mí cada vez que yo lo desee.
Ahora, está dispuesta aquí y ahora a asumir ese compromiso?
 - Yo confío en usted, y esto que siento, quiero liberarlo, aquí y ahora le digo que quiero continuar.
En ese momento no entendí mucho lo que me estaba queriendo decir, era sumisa, me lo había dicho, lo sentía muy dentro mío aún sin saber que significaba, pero quería descubrirlo.